Joaquín Sabina, músico y poeta español de nuestros tiempos, escribió: ¿Quién me ha robado el mes de abril? Abril, mes que si bien nos quita algo, también nos da; pero con el andar de los años nos muestra un rostro macabro y peligroso entre las personas que decidieron dedicar su vida al arte de la Escritura... Abril parece ser un mes maldito para los escritores.
Se acordó que todos los 23 de éste mes se celebre el Día del Idioma. En recuerdo a fallecimientos de escritores de buen talante artístico tal como es Miguel de Cervantes Saavedra, el Padre de las Letras Castellanas; el fallecimiento del Inca Garcilazo de la Vega, el Cronista Mestizo; como también la muerte del escritor y dramaturgo inglés William Shakespeare. Y en Hispanoamérica se recuerda como “Día del Libro y del Bibliotecario”. Y por la UNESCO, desde 1995, se recuerde a este mes como el “Día mundial del libro y del derecho de Autor”. Así este mes tomó un color perfilado de una actitud y actividad hacia las letras.
Como también, en este mes es bueno recordar que en 1925 se publica por primera vez el Quijote en sistema Braille; en 1951 se inicia el Primer Congreso de Academias en México y gracias a este suceso aparece la creación de Asociación de Academias de la Lengua Española; que en 1976 se inaugura en España el Premio Cervantes, donde en 1996 José de Cela y en 2004 Gonzalo Rojas reciben, respectivamente, el Premio Cervantes. Nacieron en el regazo de Abril muchos escritores como Vicente Aleixandre, Anatole France, Alejandra Pizarnik, William Shakespeare, según el calendario Juliano; Marco Fidel Suárez, escritor, político y presidente colombiano; Augusto D’Halmar, escritor y poeta chileno; Halldór Laxness, premio Nóbel de Literatura (1955)… Así se nombraría un gran grupo de nacimientos que nos dio éste mes. Sin embargo, se evoca también el recuerdo triste y amargo a este mes donde nos ha quitado, tanto en nuestro país, como en Latinoamérica, Europa misma, y demás zonas del planeta tal como está el desceso del poeta y dramaturgo Friedrich Müller; del poeta inglés William Wordsworth; del escritor Jules Bardey d’Aurevilly; de Eugenio Noel, que era su seudónimo del escritor español Eugenio Muñoz Díaz; de la poeta y novelista sueca Karin Boye; de la venezolana Teresa de la Parra; del escritor holandés Bertus Aafjes; la muerte del escritor estadounidense Paul Erdman.
Para nuestro país cómo no recordar la muerte del poeta César Vallejo, de José Carlos Mariátegui que cerraron los ojos viendo las noches de éstas fechas para hacer de esa noche su eternidad; también acotar con el nacimiento del escritor Abraham Valdelomar Pinto; pero, a veces, una muerte pesa más que una vida o una vida forjada pesa más –al resto- cuando muere. Bien es cierto que si recordamos a estos personajes es por el simple hecho de que dejaron un legado con sus trabajos. Pero tiene que ser este mes para que se vayan. En este año donde vamos corriendo nos dejó Carlos Eduardo Zavaleta, un gran poeta y personaje de nuestro país y para rematar la muerte del internacional argentino Ernesto Sábato, que con su estilo supo tenernos pegados a las líneas de “El Túnel” y “Sobre Héroes y Tumbas”. Qué más podemos esperar de Abril, si se van muchos y su dolor y magia nos envuelve con un sabor agrio.
¿Tener que esperar el deceso de algún escritor cada vez que este mes nos cubra con su manto? Hay varios escritores que tal vez nos dejen este año; tenemos Gabo enfermo, y muchos otros que están cruzando la base seis, siete u otros que sobreviven siendo octogenarios o el azahar de la suerte; pero la única forma de hacerles honores es leyendo un libro, un poemario, cuento, poesía, fragmento o verso, así ellos sobrevivirán de la muerte.
Por este mes que se ha marchado festejemos tardíamente el mes de las letras.