Jueves, 10:30 p.m.
Resumiendo la semana diré que hasta este momento la tomo como recibir algo de lo que esperabas un poco más.
Media semana intoxicado con alcohol, no por haber tomado media semana, sino porque ahora el alcohol se retiene más tiempo en mi cuerpo y quedo promedio de dos a tres días para recuperar o limpiar la sangre, que ya está muy contaminada. Regresé a los cigarros y cada vez es más difícil quitarlos de mi vida, asistir por primera vez al curso de patología donde se terminó hablando que tal vez, en 15 millones de años, las pulgas tendrían lenguaje. –lástima que no estén los científicos que creen que pasará ello-. La proyección del video sobre Arguedas, los pequeños golpes bajos de Ella, junto a su evasión. El pan que estuvo bailando solo, en mi estómago, al compás del jugo gástrico. El insomnio y cansancio del que paso hace un mes. Las pocas ganas a la lectura y sobretodo, en primer lugar y el hecho que me lanzó a la pc, las pocas ganas de escribir. Aunque, desde hace unos años, quiero dejar de hacerlo.
Si me despidiera en este momento y dijera, ya no nos volveremos a ver… muchos de los que me conocen reirían, por que tarde o temprano termino cayendo, como esa necesidad de respirar o hacer el amor, y empiezo, al menos a bosquejar un verso. Lo que me apena es que no pueda escribir cuando deseo hacerlo, y casi siempre tenga que esperar que esas ganas, que no sé de donde viene, se trepa o arrastra, para lanzarme a lo que ahora hago. Satisfacer ésta necesidad de expresarme, como también frustrarme cuando el lenguaje acorta mis brazos sobre lo que deseo decir.
En fin, el sol ya ha salido, pero aún no se va la semana.